Hoy día se da especial interés en que las personas con quien nos relacionamos tengan un vocabulario fluido y rico, con expresión y dicción correcta. Si la persona domina el lenguaje y el léxico, decimos que es una persona instruida, inteligente y hasta intelectual. Normalmente no nos damos cuenta que detrás de las palabras existen ideas y sobre todo emociones y sentimientos. He estado en numerosas ocasiones, debido a mi profesión, delante de innumerables oradores, que hablaban y hablaban intentando trasmitir, con magnifica expresión y mejor presencia, pero faltaba algo, faltaba alma, vida, verdad. El habla consiste no solo en emitir ideas e ideas, sino en ofrecer vida, esa vida que sirva de espejo donde mirarse, que sirva de luz y guía para los que miramos.

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